La alopecia o pérdida de cabello puede aparecer por distintas causas. Si bien en muchas ocasiones hace aparición como consecuencia de factores hereditarios, en otras ocasiones lo hace como consecuencia directa de cambios hormonales, como efecto secundario de una enfermedad o tratamiento, por culpa de una mala alimentación o de la ingesta de algún medicamento.
Si bien en ocasiones es posible atajarla cambiando la medicación, nuestros hábitos alimenticios o reduciendo nuestros niveles de estrés, en otras, como es el caso de la herencia genética exige de la intervención de un especialista médico que, tras estudiar el tipo de alopecia que nos afecta y su alcance, nos pone en el camino para recuperar el pelo perdido lo antes posible.
Es por eso por lo que es recomendable acudir al médico ante los mínimos síntomas que alerten de una caída indiscriminada de nuestro cabello para comenzar cuanto antes con el tratamiento que, primero, paralice la caída y, posteriormente, restaure el crecimiento de los folículos capilares que lo han dejado de hacer.
Eso síntomas que deben ponernos en alerta pueden sobrevenirnos o ir apareciendo de forma gradual afectando en su avance a nuestra cabellera o a cualquier otra zona en la que nazca vello. Si bien no todos los pacientes que son diagnosticados con alopecia presentan todos los síntomas, lo cierto es que la inmensa mayoría sí que acuden a las clínicas especializadas con los siguientes signos de alerta:
-Disminución progresiva del grosor del folículo capilar. Este es uno de los primeros síntomas que pueden ponernos en la pista de que estamos sufriendo alopecia. A menudo suele ir acompañado del retraso de la línea de crecimiento de pelo, también conocido como entradas, así como de una separación visible entre cabello y cabello.
– Aparición de pequeñas zonas despobladas Uno de los signos más evidentes de que se padece alopecia es la aparición de pequeños parches despoblados de cabellos. Si bien es habitual que aparezcan en el cuero cabelludo, en muchos casos acaban por extenderse a otras zonas como las cejas o la barba. En algunos casos la caída va acompañada de prurito y molestias en las zonas de piel donde se produce la pérdida capilar.
En el caso de que sufras alguno de los síntomas mencionados anteriormente o de que empieces a notar una caída progresiva y anormal del cabello en tu cuero cabelludo o cualquier otra zona con abundancia de vello, consulta con tu médico ya que, como acabamos de explicar, a menudo esta caída puede ser una alerta que avise de la presencia de alguna otra enfermedad oculta que requiera de una rápida atención.
En cuanto a las causas que están detrás de la pérdida de más de un centenar de cabellos diarios -la cantidad que se considera normal como parte del ciclo de crecimiento y caída capilar- son principalmente cinco.
Además de estas casas principales, las personas que sufren pérdidas de peso radicales son diagnosticadas con diabetes u otras enfermedades como el lupus tienen muchas opciones de acabar experimentando en algún momento una caída capilar desproporcionada.
En cuanto a la mejor manera de atajar la calvicie, habría que destacar que las soluciones deben ser personalizadas, ya que cada tipo de alopecia requiere de un tipo de solución.
No obstante, si en algo coinciden todos los médicos es en que debemos evitar lavarnos el pelo a diario, evitar peinados que dañan la raíz, no recurrir a planchas o secadores, peinar y cepillar con cuidado nuestro pelo, evitar -si es posible- el uso de medicamentos que propician la caída capilar, proteger el cuero cabelludo del sol en la medida de lo posible y no fumar ni beber alcohol.