Perder el cabello al convertirse en un sexagenario es como un mal anunciado. Pero quedar calvo entre los 20 y los 30 años puede ser un golpe más duro a la autoestima. Aparte de protegernos de los rayos del sol, de los cambios de temperatura y de golpes o rozaduras. El cabello tiene una función estética de gran valor en nuestra apariencia física y forma parte de la imagen que proyectamos ante los demás. De ahí la importancia de advertir y frenar de forma temprana los síntomas de la calvicie en jóvenes.
Históricamente las cabelleras se han asociado con poder, seguridad y buena salud. Dichas relaciones no han cambiado en mucho. De hecho, una de las principales razones que trastoca la confianza de los jóvenes que padecen de alopecia se deriva del plano social. Y es que la calvicie se considera un síntoma indiscutible de vejez. Por variables hormonales los hombres suelen verse más afectados por esta patología, con la alopecia androgénica como la tipología más predominante.
Si tienes entradas e irritaciones constantes en el cuero cabelludo. Enciende las alarmas y empieza a tratar la alopecia cuánto antes. No tienes porque resignarte a ser calvo, la medicina avanza y hoy en día existen diversos tratamientos para parar la calvicie y repoblar las zonas afectadas. En este artículo te ayudaremos a identificar las señales de advertencia.
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¿Qué síntomas advierten la calvicie en jóvenes?
Se estima que un 60% de personas con predisposición genética a la alopecia, empiezan a percibir los síntomas incipientes de esta patología a partir de los 20 años. En las mujeres dicho proceso se da de manera más tardía. Sin embrago, la caída prematura del cabello, suele ser un signo característico de alopecia androgénica. Se trata de un problema que se presenta con frecuencia en hombres, pero no a causa de la testosterona en sí misma, como se cree.
De acuerdo con explicaciones científicas, es más el resultado de una alteración producida por la enzima alfa-5 Reductasa que transforma la testosterona en dihidrotestosterona. Esta hormona interfiere en el crecimiento de las fibras capilares y hace que los folículos pilosos se atrofien hasta cerrarse. De este modo, solo emergen hebras más delgadas y propensas al quiebre.
Combinación de detonantes
Los factores que desencadenan la alopecia ciertamente son muy variados y en ocasiones se combinan unos con otros. No obstante, está más que comprobado que la herencia es una de las principales condicionantes. A ella le siguen enfermedades crónicas y autoinmunes como el lupus, la sífilis y la diabetes. Al igual que la artritis reumatoide, la psoriasis y el hipotiroidismo que provocan una significativa pérdida de cabello.
El estrés, por otra parte, figura como otra de las potenciales causas de la calvicie en jóvenes. Esto debido a que los episodios emocionales angustiantes aumentan la segregación hormonal. La deficiencia de minerales como el hierro, el efluvio telógeno y los déficits nutricionales, completan el cuadro de las variables que podrían acelerar la merma de la densidad capilar.
Por ello, a fin de atajar y tratar a tiempo la caída del pelo, te invitamos a acudir a un especialista si presentas algunos de siguientes indicios:
Molestias en el cuero cabelludo
El enrojecimiento, los picores, la irritación, la inflamación y la descamación del cuero cabelludo, son síntomas contrarios a los de una cabellera sana. Los hongos y la dermatitis hacen parte de las afecciones que preceden a la calvicie. De hecho, son los primeros indicios de distintos tipos de alopecia.
Si notas irregularidades de este tipo en ti, no dudes en consultar a un dermatólogo a la brevedad posible. Recuerda que, si los folículos pilosos están comprometidos, es imposible que las fibras capilares crezcan sanas y fuertes.
Presencia de cabello sobre la almohada
Levantarse de la cama por las mañanas y dejar una estela de pelos sueltos en la cama no es normal. Menos si eres hombre y tienes el cabello corto, liso y fino y no te has peinado desde el día anterior. Este es, claramente, un indicador de que algo no anda bien con tu estructura capilar.
A las personas con principios de alopecia se les desprenden las hebras con mucha facilidad. Una forma de percatarse de la caída del pelo sin mayor complejidad, es usar sábanas y almohadas blancas y revisarlas todos los días al despertar.
Caspa o exceso de grasa
La caspa se produce por un hongo de levadura que se alimenta de los aceites del cuero cabelludo. Puede ser grasa o seca. La grasa suele ser causada por hongos y el exceso de sebo, mientras que la seca tiene más relación con champús y productos de peinado agresivos.
En sí misma no provoca la caída del cabello. Sin embargo, si es de tipo grasa y aparece a raíz de una dermatitis seborreica, vaya que puede contribuir con la alopecia. Básicamente porque el exceso de grasa impide que el pelo se desarrolle correctamente.
Acné
El acné es un síntoma que pone en evidencia la sobreproducción de andrógenos en el organismo. Por ello, los granos y los barros destacan entre las afecciones de la piel más comunes que se manifiestan en quienes sufren de alopecia.
Esto ocurre especialmente en la pubertad y se produce, en esencia, porque dichas hormonas estimulan la segregación de sebo en las glándulas sebáceas.
Entradas
Las entradas no son más que pérdida de cabello en las sienes y constituyen el indicador más palpable del principio de la calvicie en jóvenes. Por lo general, forman una especie de V en la zona frontal de la cabeza y a medida que van avanzando se profundizan y se extienden hacia el interior de la melena. En este estadio, la alopecia es reversible y pueden repoblarse las zonas que han quedado pelonas con tratamiento como láser capilar o mesoterapia.
Disminución de la densidad capilar
Otro aspecto al que debes prestarle atención es al grosor de las fibras capilares, ya que esta afección acarrea un deterioro estructural del cabello. La reducción del diámetro de las hebras hace que se tornen más frágiles y propensas al quiebre y, por ende, aumenta la tendencia a la calvicie. Si en ambientes naturales empiezas a notar que tu cuero cabelludo se deja traslucir ante la luz. Lo más probables es que estés ante una clara merma de densidad capilar.
Importancia del diagnóstico precoz
Ante la calvicie y cualquier otra patología que perturbe nuestra calidad de vida, lo esencial es el diagnóstico oportuno. Detectar y tratar una enfermedad en sus primeros estadios da un margen de ventaja sumamente amplio y aumenta las probabilidades de una recuperación satisfactoria. Aunado a ello, permite recurrir a técnicas menos invasivas y determinar si la caída del cabello no encubre algún otro problema de salud más grave.
La alopecia androgénica, en particular, es reversible y resulta más fácil de recuperar y de frenar cuando cursa por sus fases iniciales e intermedias. Mientras que, si se deja escalar y se atiende en su etapa más avanzada, las opciones de tratamiento se vuelven más reducidas. La solución más viable cuando se ha perdido una gran cantidad de cabello es el trasplante capilar y eso siempre y cuando la persona cuente con una zona donante en buen estado.
Por ello, ante la mínima sospecha o los primeros síntomas de calvicie en jóvenes, se debe solicitar la valoración de un profesional. De este modo, se podrá optar por métodos más variados como microinyecciones de mesoterapia capilar y terapias de bioestimulación con minoxidil. Pero también habrá mayores posibilidades de que surtan efecto tratamientos farmacológicos de vía oral y técnicas innovadoras como la fototerapia.